La infinita dulzura de los que no miden sus acciones

Vacaciones de invierno.
Trastorno para todos los padres trabajadores...
que hacemos con los chicos? es la frase mas común entre estos matrimonios...
Entonces, ántes de que me lo pidan, decido ocupar mi roll de tía e invitar a mis sobrinos a pasar una noche a casa y hacer algo interesante al día siguiente.
Antes lo hacíamos casi semanalmente, pero ahora la distancia y las ocupaciones de todos hacen que coordinar estas salidas sea mas engorroso.
Bajo a abrirles la puerta y los encuentro a ambos con una sonrisa de oreja a oreja.
Es la primera vez que se van a quedar en este departamento, y la primera vez que los invitamos desde que iniciamos nuestra convivencia.
El living se transforma en un campamento con bolsas de dormir.
Sus expectativas estan por el techo...
saben que como invitados de honor, esta noche se hace prácticamente lo que ellos decidan...
Juegos en la compu, aritos de mostacillas, me ayudan con la cena y despues campeonatos de dados.
Todos trasnochamos.
Ellos amanecen temprano (claro son chicos y estan acelerados!), pero esperan pacientes su desayuno en silencio viendo tele.
Que hacemos? donde vamos? Podemos patinar sobre hielo? y jugar al bowling? me visto ya? falta poco?
Afuera el clima no acompaña las ganas, llueve y hace mucho frio... en realidad diluvia.
Pacientes me acompañan a hacer unos tramites porque saben que la tarde es toda suya...
y entonces ocurre lo inesperado.
Mi hermana que decide buscarlos antes porque salió antes del trabajo y prefiere terminar temprano en su casa...
Los chicos totalmente deilusionados porque habian programado cada minuto.
Varios llamados de negociaciones hasta que conseguimos un par de horas mas...
La alegría vuelve a instalarse en sus caras. Salimos a pasear incluyendo almuerzo...
La hora va llegando.
Se despiden super agradecidos con abrazos interminables y pedidos de nuevas promesas de salidas...
Llego a casa, veo en la heladera un dibujo hermoso pintado con lapiz.
Sobre un estante me dejaron tambien una cartita...
La mas dulce carta que una tía puede recibir.
Ellos dan y dan y dan, y no se cansan de dar...